Esta tarde, al conversar con una amiga muy cercana, ella me preguntó qué era el amor para mí.
Pese a lo muy malo que soy para responder este tipo de cuestiones, yo le contesté, entre otras cosas -¡asombroso!- que el amor es la amistad con alas y una cosa más que no recuerdo.
¡Qué les parece? ¡Para pensar, no...?
Sin embargo, coincidentemente, la semana pasada otra amiga -esta del extranjero- escribió algo sacado de la Biblia que hacía referencia al amor perfecto. Está de más decir que a más de bonitas, las palabras allí contenidas están cargadas de profunda sabiduría.
Sin embargo...
Tanto la que preguntó, la que afirmó citando un texto y yo -me incluyo- desconocemos en profundidad lo que implica realmente la palabra amor, y me atrevo a decir que en este "saco" caben muchísmas personas más...
Y es que muchos decimos amar y realmente no amamos, sólo deseamos o queremos.
El amor es otra cosa. No es sólo decir ni sentir sino, básicamente, hacer.
Sí, hacer... Suena raro, pero para mí, esta es la esencia del amor.
Se ama a la Patria, pero este amor se materializa cuando hacemos algo por ella, como trabajar abnegadamente o morir en su nombre.
Se ama a los hijos no diciéndolo tan solo, sino cuando entregamos nuestras vidas a su crecimiento y formación como personas independientes.
Se ama a la mujer no sólo cuando se la posee carnalmente -y esto no es absoluto, eh- sino cuando se anda con ella por el camino de herradura de la vida, venciendo limitaciones, decepciones, desafíos y hasta peligros.
Este es el amor para mí. El amor practicado, el amor revelado.
El amor ejercido para que sea amor.
Hoy escribí en mi messenger que no bastaba con decir que amas, sino que había que practicarlo con quienes no son como nosotros. Creo que es coherente.
(Y para mi querida amiga del extranjero, debes comprenderlo de ese modo... sino ejerces el amor, sólo alardeas).
Para mis amigos y amigas del blog en el mundo entero, un gran abrazo.
Espero, de alguna manera, que esto sea una manifestación de amor.
¡Hasta la próxima!
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