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Letras al inicio de semana
Por: Amaluld (Amalia Londoño Luque)
Para escalar una montaña, usted debe primero soñar con la cima y notar, que allá arriba, el espacio es libre de ruido e invadido por un viento que da escalofrío y lo empuja de nuevo hacia abajo.
Además, en su sueño, usted debe sentir que vuela, y aunque sin alas, y a pesar de ellas, sentirá una satisfacción que le confirmará que sus piernas tuvieron algo que ver en el esfuerzo.
Después de haber soñado, solo hasta entonces, habrá reconocido ya si su montaña es una roca inmensa, un montón de agua escondiéndose o tal vez un montón de tierra infinita.
Si su montaña es como la primera, tendrá que equiparse con vestidos que lo protejan para no rasparse y le tocará escalar en un día seco para asegurar sus pies sobre las rocas sin miedo a resbalarse.
Si su montaña, está llena de agua, tendrá que llevar algo para abrigarse y para taparse las manos en las noches. Deberá, además, respetar cada lugar que pise y sus zapatos tendrán que ser de suela de caucho grueso y resistente.
Sin embargo, si su montaña es un montón de tierra infinita, debo decirle que es muy posible que usted no avance. Por eso, le recomiendo primero derribar su montaña antes de perder el tiempo imaginando como llegar a alcanzarla allá arriba, donde está lo mismo que ve usted a su mismo nivel.
Continuando con las primeras dos montañas debo decir que en el recorrido, es necesario que usted recuerde que estará escalando y habrá ignorado sus alas y su facultad para volar. Cuando suba, sienta que le arden las plantas de los pies como si no tuviera puente y empiece a trabajar con sus talones casi muertos y sus manos llenas de gusanos imaginarios.
Una vez llegue a la cima y sienta el escalofrío del viento y la fuerza fría de la altura, reconozca el terreno unos minutos, hable consigo mismo y déjese caer. Ya después de tanto, sus alas funcionaran sin instrucciones.
Una vez llegue a la cima y sienta el escalofrío del viento y la fuerza fría de la altura, reconozca el terreno unos minutos, hable consigo mismo y déjese caer. Ya después de tanto, sus alas funcionaran sin instrucciones.
Fuente: http://blogs.elespectador.com
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