Hola, mis amigos(as) bloggeros(as)!
Es cierto que hay cosas y cosas. No todas son lo mismo.
Bajo esta afirmación, también hay victorias y victorias. No saben lo mismo.
Hoy me ocurrió algo así en mi vida laboral. Junto a mis compañeros de trabajo triunfamos luego de un electrizante tête a tête ("cabeza a cabeza", en francés) con otro equipo rival, pese a que desde hace dos semanas las hemos tenido muy duras.
Y como guinda al pastel, dejar con un "palmo de narices" a una persona cuya actuación a todas luces fue sesgada, inclinada a favorecer -fuera del cacareado fair play- a nuestros adversarios... ¿Qué más se puede pedir para sentirse felices?
Así es la vida, lectores(as), una sucesión de pequeñas victorias y derrotas cotidianas que le imprimen emoción a nuestras vidas sencillas, casi anónimas.
Como siempre, finalizo exhortándoles pidiéndoles su criterio. ¿Se han sentido así alguna vez? Yo estoy seguro que sí, pero quiero leerlo de su númen.
Hasta leerles.
Querido Cesar, ciertamente todos hemos atravesado momentos que nos llenan de satisfacción aunque no han sido siempre victorias.
ResponderEliminarLo que forma nuestro carácter, es como asimilamos las derrotas generando así el alimento que nuestro espíritu necesita para seguir adelante, ya que no es el hecho de haber ganado lo que nos fortalece, sino la lucha y lo que nos impulso a ella.
Silvana querida:
ResponderEliminarTu sola presencia ha iluminado estos días para mí. Concuerdo contigo con un algo más: "El placer del viaje no solo está en el destino, sino también en el recorrido".
Un beso para ti.