Iba a escribir algo sobre lo que sucedió ayer pero, ¡hay tanto qué decir! Realmente son tantas cosas, tan variadas, que cualquiera -no sólo yo, creo- se le complicaría escribir un punto de vista general.
Así que, pasándome quizá por atrevido, opté por recoger íntegramente el criterio de una columnista de uno de los principales diarios del país, domiciliado en este Puerto. Huelga decir que estoy absolutamente de acuerdo con su planteamiento, y como aporte agrego algo más: a nuestro alcalde Nebot -que tanto ha hecho por embellecer la ciudad- le ha faltado iniciativa por impulsar, por lo menos en este su último período, la regeneración humana antes que la urbana, regeneración que no sólo tiene que ver con crear empleo, que es hasta donde ha llegado la actual administración municipal con su obra pública.
Así que, lectores-as, he aquí una voz más sapiente que la mía. A leerla y discutirla, que no le falta razón:
Ecuador: La autonomía fiscal, algo por qué marchar
por Gabriela Calderón de Burgos
Es lamentable que el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, desperdicie nuevamente otra oportunidad para promover una verdadera autonomía. La propaganda de estos últimos días ha evadido esta pregunta: ¿A dónde debería ir el dinero de los contribuyentes?
Buena parte de las “dádivas” del gobierno central a los municipios ecuatorianos son posibles únicamente porque, a través del Sistema de Rentas Internas, primero este recibe dinero de las personas de cada ciudad. De manera que lo que el gobierno central hace es devolver algo de lo que tomó de cada persona, dándoselo al municipio de su ciudad.
Este sistema ha derivado en que para 2005, de acuerdo a un estudio del Banco Central, los municipios del Ecuador en promedio reciban 67,8% de sus ingresos del gobierno central. Los autores del estudio concluyen que esta situación ha resultado en que “la mayor parte de los gobiernos locales no realicen esfuerzos por obtener ingresos propios que les permitan cubrir con sus necesidades de funcionamiento”1.
El economista Martín Krause explica en su libro Descentralización que la alta dependencia de las transferencias del gobierno central convierte a los municipios en “mendigantes de los funcionarios centrales”. Krause señala que en este sistema “los gobiernos locales eluden la políticamente desagradable tarea de recaudar impuestos entre sus votantes; y…evitan también los efectos de la competencia intergubernamental que se originaría en el caso de que financiaran todos sus gastos con sus propios impuestos y mostraran, por lo tanto, distintos niveles de carga fiscal”2.
El alcalde podría ser un poco más creativo y liderar una propuesta legislativa que estipule que la mayoría de los impuestos pagados por personas naturales y jurídicas domiciliadas en cada ciudad se gasten en esa ciudad y que sean los municipios de cada cantón los que al principio de cada año le entreguen un porcentaje fijo (e igual para todas las ciudades) al gobierno central.
El porcentaje que cada municipio tendría que ser fijado de tal manera que siempre la mayoría de lo generado en cada ciudad se quede lo más cerca posible de los ciudadanos. Las ciudades que generan pocos impuestos podrían recibir fondos extra del presupuesto del gobierno central para cubrir sus necesidades básicas, siempre y cuando esa transferencia no sea lo suficientemente cuantiosa como para acentuar la relación de dependencia. Además, se deberían transferir competencias del gobierno central a los municipios, sobre todo aquellas en las que el gobierno central ha demostrado su incapacidad (salud, educación, electricidad, etc).
Y, cada municipio tendría libertad de decidir qué impuestos necesita para financiar los servicios públicos que sus ciudadanos demandan. Cada municipio recolectaría esos impuestos (incurriendo el costo político de elevarlos si lo hace) y gastaría la mayor parte de lo recaudado en su ciudad, de manera exitosa o no. Los ciudadanos tendrían la libertad de “emigrar” a otro cantón, o en las próximas elecciones elegir a otro alcalde.
El presidente ya no podría tratar como mendigos a los alcaldes ni decir que determinada ciudad ha crecido “gracias al dinero de todos los ecuatorianos”, generando un odio injustificado hacia cualquier ciudad. Eso sería algo por qué marchar.
Este artículo fue publicado originalmente en El Universo (Ecuador) el 10 de febrero de 2010.
Estimado Augusto,
ResponderEliminarCreo como siempre que el Alcalde Nebot es excelente, pero su discurso deja un vacío imperfecto que defiende algo que una vez más quedará al viento. La batalla política sigue en una medición de fuerzas: la gente en Guayaquil sintió la marcha por horas...al país le interesó informarse nomás...¿Que deja esto? pues nada!!! sólo un comentario excelente de Lenin Moreno: El alcalde Nebot debe sentarse en la mesa a conversar del presupuesto de Gye con la ministra de finanzas y asesores que conozcan del tema constitucional. La verdad, lindo comentario pero es algo que no se verá. Lástima, es una solución sencilla, acertada pero políticamente imposible!!!
Saludos,
ElNuevoFin
Estimado Augusto,
ResponderEliminarCreo como siempre que el Alcalde Nebot es excelente, pero su discurso deja un vacío imperfecto que defiende algo que una vez más quedará al viento. La batalla política sigue en una medición de fuerzas: la gente en Guayaquil sintió la marcha por horas...al país le interesó informarse nomás...¿Que deja esto? pues nada!!! sólo un comentario excelente de Lenin Moreno: El alcalde Nebot debe sentarse en la mesa a conversar del presupuesto de Gye con la ministra de finanzas y asesores que conozcan del tema constitucional. La verdad, lindo comentario pero es algo que no se verá. Lástima, es una solución sencilla, acertada pero políticamente imposible!!!
Saludos,
ElNuevoFin
Gracias a ElNuevoFin por tu punto de vista!
ResponderEliminarY mil disculpas por no haber respondido antes. En términos actuales, tienes razón; pero, creo que es necesario que en nuestro país se inaugure una nueva forma de hacer las cosas, aunque a ello le llamen utopía. Es precisamente lo que nunca se ha intentado lo que hay que intentar.
Un abrazo.